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Txaro Fontalba es mujer y de la mujer habla su obra. De la mujer amante, esposa, amiga, de la que trabaja, de la que cuida la casa, de la que compra, de la que cuida de los niños. En su obra tradicional un par de carros de compra han sido fagocitados, devorados por enormes trozos de solomillo y carne picada. Parece que el hecho de ir a la compra la haya desbordado. Los títulos «aún más, aún más» y «más, aún más, aún más, aún más, aún más, aún más, aún más…»
En la rareza también algo nos grita «¡ya está bien!»; unos sms en su móvil: «no por se madre soy menos mujer», «te amo para (des)obedecerte», «si me pides que goce mi cuerpo tartamudea». No resulta complicado descubrir que Txaro es la autora, siempre un cuando penetremos en el fondo de la obra. En la forma nos resultará más complejo, por la asepsia con la que son presentadas las imágenes. Txaro reivindica siempre un punto de atención. Puede que las formas cambien pero, en esencia, hacemos siempre la misma foto.
Txaro Fontalba 
