Las cartas de Mendigatxa son el punto de partida de mi propuesta en el proyecto Landarte en la localidad de Vidángoz. A principios del s.XX Mariano Mendigatxa, vecino de Vidángoz, colaboró y mantuvo correspondencia con el lingüista Resurrección Mª de Azkue, en relación al estudio del uskara, dialecto del euskera roncáles, que sufría ya un retroceso irreversible en el Roncal.
Existe un término acuñado como “Síndrome de Mendigatxa”. Mariano Mendigatxa era consciente de que su lengua materna (el euskera roncalés) estaba a punto de desaparecer y que él era uno de los últimos hablantes. El término de “Síndrome de Mendigatxa” se aplica a la consciencia de ser el último hablante de una lengua. El alcalde de Vidángoz, Tomás Pasquel, lo ha hecho extensivo y le ha dado un nuevo significado a la expresión: “ser consciente de ser los testigos de la desaparición de un tipo de vida. El tipo de vida que se ha llevado en el pueblo durante siglos”.
Las cartas de Mendigatxa son delicadas, atentas a los detalles, «al decir de las cosas pequeñas» y escritas sobre un fondo de silencio: «Si conversara con alguien en bascuence quizá de alguna palabra me acordaría; pero con el silencio que tengo no será fácil».
Mendigatxa, además de escribir sobre el uso particular del uskara, también habla sobre muchos aspectos de su vida cotidiana, la vida rural, su visión del mundo y transmite en esta relación epistolar muchas muestras de amistad, afecto y respeto.
En mi propuesta, propongo explorar nexos entre territorio, memoria, lenguaje y afectos buscando afinidades entre la correspondencia de Mendigatxa y nuestro presente, el presente de las gentes de Vidángoz, quizá extensivo a muchos presentes de muchas personas en otros territorios rurales.
Los conceptos de pérdida, lugares de pérdida, memoria, evanescencia, desaparición, borradura… han estado presentes han estado presentes en todo el proceso, a los que se han sumado las ideas de cambio y evolución. El reto es pensar el pasado desde el presente, conectar con la memoria para imaginar un modo otro de vivir el territorio.
Las listas son un elemento recurrente en las cartas de Mendigatxa, están plagadas de ellas. Al fin y al cabo, la enseñanza de un idioma se realiza a través de listados de palabras y uno de los objetivos de Azkue era la publicación de un diccionario del dialecto roncalés.
Las listas en cualquiera de sus formas, más allá del aspecto práctico o como una extensión de la memoria, son una ventana al corazón de las personas.
¿Cómo encabezar y finalizar una carta? Son momentos de corte, algo empieza y algo acaba. En las cartas de Mendigatxa los finales se me antojan bruscos, precipitados. Me imagino a Mendigatxa escribiendo sus cartas y llegando al final de la cuartilla y no teniendo mucho más para decir, decidía no utilizar otra cuartilla nueva y precipitar el final de modo abrupto.
Me detengo en los saludos, en las fórmulas de despedidas, en las dudas sobre si la carta llegará o no a destino y también en las fórmulas de afecto. Hago una lista con todas las despedidas, descontextualizándolas, de modo que cobren otro sentido o un sentido más intenso y poético.
Me gustó cómo quedaban el conjunto de estas frases, cargadas de afecto, apremio, zozobra por la preocupación de si las cartas llegaban a su destino y congoja en el momento de la despedida final cuando Mendigatxa presiente que ya no puede escribir más y que su muerte está próxima.
¿Qué hemos hecho con estas frases? Empecé a grabarlas con mi voz, para ver cómo quedaban y posteriormente propuse al grupo recitarlas con el máximo de voces e incluir también el listado de las cartas en uskara. Gracias a Gotzon y a Alberto Angós, he conseguido que todas las frases de despedida estén traducidas. Hay que tener en cuenta que no todas las cartas Mendigatxa están escritas en uskara, sino que en varias de ellas recurre al castellano.
Se realizó una grabación en el exterior que consistió en la lectura de los finales de las Cartas de Mendigatxa con las voces de lxs vecinxs participantes, tanto en castellano y uskara. El resultado fue emocionante.
Indagué entre los participantes en el grupo si conocían a raperos y/o bertsolaris en el valle y me contaron que existe en la escuela un aula de bertsolaris para niños. Les propongo que sería buena idea partir de las cartas de Mendigatxa y de estas despedidas como ejercicio, juego o actividad. Como hay varias profesoras del colegio del Roncal, les pido que le hagan llegar al profesor las cartas de Mendigatxa y lo audios de nuestra grabación.
Otra formalización diferente de esta lista de despedidas se ha incluido en la nueva publicación de las cartas.