2011.
220 x 110 x 68 cm.
Impresión digital sobre tela, DM, acrílico, fibra textil, somier modificado.
Expuesta en:
Uholdeak “Materiales Maternales» / “Materialak amatu»
Las horas atragantadas
Obra incluida en la serie “Los lechos de Medea” (2012) atravesada por las figuras de Medea y Sylvia Plath. Cruce de dos figuras míticas femeninas, con experiencias vitales afines.
Ambas esposas, madres, mujeres … varios roles en tensión y conflicto. Abandonadas por sus esposos, despechadas, desesperadas, vengativas, dolidas, humilladas. Dolor y soledad.
Dar cuenta de la carga psicológica y social que puede suponer la maternidad o la propia experiencia de la feminidad como sujeto-mujer contemporáneo. “Haber nacido mujer es mi gran tragedia” -dice Silvia Plath. “Desde el momento en que fui concebida quedé condenada a tener pechos y ovarios en lugar de pene y testículos, a que la esfera entera de mis actos, mis pensamientos y sentimientos quedara estrictamente limitada por mi feminidad inexorable.”
Recojo para el somier un verso de Sylvia Plath “Madre de la otredad, cómeme”.
Medea dice: “Y nos dicen que vivimos una vida sin peligros / en las casas y que ellos combaten con la lanza / Necios, que querría estar con el escudo / tres veces antes que dar a luz una vez”.
La maldición de ser mujer, ¿“ser toda” para el otro?
Las mujeres también desean. Desean poder estar y habitar el mundo libremente y sin agresiones. La maldición de nacer mujer es política.
En cuanto al modo de hacer, utilizo el objeto cama, como objeto cotidiano y lugar de la tragedia doméstica. La mayor parte de las escenas de Medea de Séneca tienen lugar junto al tálamo o lecho conyugal. El objeto cama se carga de cuerpo, emocionalidad y desgarro trágico.