Rostro-útero, 1996. Urinario, cuerda, gomaespuma y esmalte. 71 x 54 x 30 cm.
«Querer que la mujer se convierta en mujer a la potencia dos, es querer desnaturalizarla. Es sobre todo impedirle crear y unirse en sí misma al elemento masculino que forma parte de su propia naturaleza».
Meret Oppenheim
Reinterpretar, des-identificar, resignificar bajo el signo de lo problemático el ser-mujer-efecto de una heterodesignación. Objetivar las figuras de la heteronomía y pasar a la autonomía.