Extracto de la participación en la mesa redonda “El cuepo y sus atributos“, en relación oa los premios Gure Artea, Bilbao, 1996

Voy a hablar de algunas cuestiones y de algunas obras relacionadas con la presentada en este certamen: ¿A qué me refiero cuando digo que mis esculturas son cuerpos?
No me refiero tanto, o no tienen que ver tanto, con un registro de las sensaciones somáticas, o de la experiencia corporal y sensorial como constructoras del sujeto, del yo o de su fragmentación. Se trata más bien de un cruce entre una idea, una emoción y una sensación de cuerpo.

El esquema dualista alma/cuerpo, forma/contenido implica una concepción del arte como expresión de una idea, dar cuerpo a una idea y piensa al artefacto artístico como necesitado de un sentido y de un uso fuera de sí mismos, al modo duchampiano. (Pensemos por ejemplo en Etant Donné de Duchamp, la luz, la idea, la pureza ideal, mantenida en alto por el cuerpo al cual ilumina, pero que no es sino cadaver). Cuando el pensamiento parece querer representarse idéntico a sí mismo, independiente del cuerpo, el cuerpo es residuo, resto, máquina de uso, maniquí, cuerpo muerto conservado y alimentado eternamente. La escultura como los cuerpos no encuentran su sentido fuera de si. Considero las ideas como potenciales ya comprometidos con un modo de expresión (escultura, dibujo, etc ) Y en todo caso tener una idea no pertenece al orden de la comunicación. En sentido estricto una obra no contiene estrictamente la menor información.

No planteo el tema del cuerpo en términos de interior y exterior. El interior es sólo un exterior seleccionado, y el exterior un interior proyectado. El cuerpo como un mapa, como un cruce o quiasma de afectos, de fuerzas y de pasiones. El cuerpo es más bien un plano o superficie. Podemos citar a Valéry: “Lo más profundo es la piel”. Bajo la piel, bajo la superficie el mundo de las profundidades puede todavía rugir y amenazar con reventarlo. Para Giorgio Colli la individuación es como un filtro, entre dos espacios homogéneos, pero en oposición. Cuanto más fuerte es el filtro, mayor es el obstáculo, mayor es la oposición a lo que oprime desde el exterior. Y a una fuerza que oprime del exterior se opone una inversión del centro interno, la expresión.

Las esculturas se llenan de agujeros, o de una multitud de ellos con los filtros, o de agujeros cegados. Como en la escultura que está colgada en esta sala. Los agujeros están relacionados con la profundidad y la altura. La tradición ha atribuido al cuerpo habitar la profundidad en oposición a las alturas donde ha situado a las almas. La arquitectura del mundo, del cosmos se representa organizada en un eje vertical: a la profundidad de los cuerpos le corresponde la altura de la mirada. Toda una historia del voyerismo recorre la filosofía. Se ha pensado también diversas formas de acceso entre niveles; un eje ascensorial y otro descensorial, una escalera de innumerables peldaños. Ascensiones y caidas. A una ascensión infinita le corresponde también una caida máxima, la profundidad absoluta cavada en los cuerpos. ¿Cómo hacer al cuerpo absolutamente profundo? De la filosofía presocrática al surrealismo, toda una tradición ha llenado al cuerpo de agujeros. Por un lado se le ha hecho pasar por la superficie agujereada, horadándolo, vaciándolo, abriéndolo infinitamente. Es el cuerpo-colador y troceado, como conjunto de órganos. Por otro, clausurándolo y haciéndolo impenetrable, una cabeza impasible y sin órganos. Un rostro que ya es todo un cuerpo. “El rostro labra el agujero que necesita la subjetivación para manifestarse”. El rostro como expresión del alma, y la representación de las expresiones del rostro como expresiones del alma ayudó y sirvió a la sujeción del súbdito, y a la construcción del sujeto. El rostro es una articulación crucial de exterioridad e interioridad, una planicie horadada. El rostro es el Hombre blanco. El rostro es el Europeo tipo, ese que Ezra Pound llamaba el hombre sensual cualquiera, el Erotómano. Al masculino universal con bigote, parece corresponderle un femenino universal, la vulva. Ese es el rostro agujereado de la mujer. La pareja del Hombre Universal con bigote es la vulva universal afeitada, o calva. Duchamp, erotómano y soltero así lo vivía: “No se tiene más que por hembra el urinario y de eso vivimos”. La historia humana como historia de un soltero, como dijo Jules Faforgue.

Deseo un cuerpo que se hace y se deshace, un cuerpo que tejiendose se desteja, un código corporal polívoco, donde confluyan flujos de lenguaje, vestimenta, de sexualidad, alimenticios, de paisaje, de animalidad, de amor. Cuerpos anoréxicos, masoquistas, monstruos extendidos y desplegados. Una multiplicación de los sexos, una transexualidad microscópica. Un bestiario de amor.

EL CUERPO Y SUS ATRIBUTOS (segunda parte)

¿Qué define a un cuerpo, cuáles son sus atributos? Es costumbre llamar “el cuerpo” a lo que es el problema de la vida misma entendida como una estructura compleja, sutil y adaptable, que ni depende ni es reducible a un sustrato orgánico o un objeto histórico.
No me interesaría tanto definir un cuerpo por su forma, por sus órganos o función, ni por su género, ni como una sustancia o un sujeto, sino por su capacidad de afectar y ser afectado. El cuerpo encuentra su sentido en las acciones y en las pasiones, es decir el cuerpo es susceptible de actuar, afectar y de ser afectado y es esta capacidad de afectar o ser afectado lo que define un cuerpo en su individualidad. El cuerpo agente y paciente.
Un cuerpo nunca es separable de sus relación con el mundo, con la naturaleza (englobando dentro de la naturaleza al artificio). Me gusta pensar un cuerpo como relación de movimiento y quietud, de velocidad y lentitud entre sus partes, entre sus partículas. La velocidad o lentitud del metabolismo, percepciones, acciones y recciones se enlazan juntas para constituir un individuo particular en el mundo. El individuo se relaciona de manera práctica con su medio en tanto sistema dinámico de movimientos, percepciones, gestos. La vida humana tiene estrategias para encarnarse, asimilarse y combinarse con los patrones y ritmos de la situación histórica concreta dentro de la que se despliega. (Pensemos por ejemplo en la adopción de ritmos y velocidades industriales a principios de siglo, junto con la aparición de nuevos fluidos de movimiento y energía humana. O las nuevas exigencias de velocidad en nuestra sociedad). Toda sociedad exige e implica un conjunto de técnicas del cuerpo, una educación. Determinadas circunstancias amanazan al cuerpo, lo reducen y disminuyen su poder, o lo fortalecen, lo aceleran, lo aumentan: comida o veneno.

La conciencia moderna del cuerpo, o la preocupación por el cuerpo no ha podido adquirirse más que por el efecto de la ocupación del cuerpo por el poder. El final del siglo pasado fue un momento crucial que estuvo marcado por la primera transferencia sistemática de la voluntad de dominio del mundo, al conocimiento, dirección y control de la naturaleza humana. Nuevas técnicas de administración y disciplina se introducen en las grandes maquinarias estatales e industriales, y son desplegadas en escuelas, fábricas, hospitales y hogares. El flujo y energía de la vida humana quedaron cada vez más reducidos a cantidades finitas de fuerza y sensación. La exaltación del cuerpo, la gimnasia, la sublimación y exaltación del cuerpo bello en la publicidad, en el deporte, la desnudez, incluso la obsesión libertaria polarizada en la liberación del cuerpo, del sexo como resistencias del cuerpo, es más bien el contraefecto del control-represión. El control-represión de los cuerpos sin dejar de subsistir en la actualidad se combina con el control-estimulación: el sexo como código y ley del placer. ¿Qué nuevas reivindicaciones, resistencias del cuerpo emergen contra aquello que disminuye el poder del cuerpo, contra los nuevos poderes y sistemas de dominación y de control? El interés por el cuerpo en la actualidad no es novedad; quizás es síntoma de un nuevo movimiento cuerpo-poder, ¿de qué cuerpo tiene necesidad la sociedad actual? Las sociedades de control necesitan menos de las estrategias de encierro y disciplina. Con una autopista no se encierra a la gente, pero haciendo autopistas se multiplican los medios de control. Podemos dar vueltas al infinito y libremente sin estar del todo encerrados pero estando perfectamente controlados. ¿Y las autopistas de la información? La información misma puede ser considerada como el sistema controlado de las consignas vigentes. Frente a las utopías y viejas teorías represión-liberación, es necesario aceptar lo indefinido de esta lucha.
¿Qué está cambiando hoy en día en relación a la mecanización de la vida y la vitalización de la máquina? Además de la estabilización de poderes en órdenes sociales y de producción, ¿qué nuevos e imprevisibles potenciales de transformación cognoscitiva y cultural aparecen?

En arte los signos remiten a modos de vida, a posibilidades de existencia, a síntomas de una vida que se pliega o se despliega, que surge o se agota. En ese sentido al arte le correspondería renovar los síntomas, erigir cuadros originales, y no me refiero personales. El artista busca algo más que una vida personal, o una vida agotada. Busca liberar a la vida de sus prisiones, trazar fugas y lo que a mí me gusta decir, hacer nuevos agujeros, conquistar superficies. Malraux dice que el arte es lo único que resiste a la muerte. Pero no a la muerte entendida como receta o promesa de eternidad, sino como resistencia a aquello que limita o degrada al cuerpo, la vida.

Txaro Fontalba, 1996