Galería Altxerri. Julio 1997. Exposición con Mikel Bergara.

El Diario Vasco, 19 de julio de 1997.

Tienen márgenes de actuación tan flexibles los jóvenes artistas, que lo que estaba programado para ser una doble exposición de escultura, por haber trabajado tanto Txaro Fontalba como Mikel Bergara con anterioridad en este terreno, ha acabado siendo una muestra en la que predominan los soportes bidimensionales, incluso en el segundo, que se ha dedicado a dibujar. Ambos son artistas vinculados a través de largas estancias y múltiples talleres a Arteleku, donde Txaro Fontalba ha trabajado duro en serigrafía con Pepe Albacete.

Txaro Fontalba imbrica en su obra estratos teóricos fuertes que no sólo la sustentan, sino que además forman parte de ella. Desde una perspectiva de mujer comprometida con reivindicaciones feministas, trabaja desde hace años con elementos simbólicos que, como el «Urinario» de Marcel Duchamp, son capaces de congregar en torno a sí resonancias que provienen de la historia del arte de este siglo, de los usos y tabúes sexuales socialmente asumidos, o de la revisada sexualidad femenina como parte de la revolución no violenta emprendida por la mujer hace ya tiempo. Todo ello en un terreno plástico que se decanta hacia áreas limítrofes, contaminadas de distintas cosas: pintura que es dibujo al limitarse a la grisalla y dejar efectivamente contornos de grafito en la trama de la forma, como ocurre en los interesantísimos cuadros, factura premeditadamente pobre, que se encuentran en la entrada, «Penélope»  y «Rostro allonge«en los que utiliza agrandado, llevado a escueto motivo repetitivo, el punto que en el tejido manual de lana se conoce como bobo.

En un territorio híbrido entre la pintura y la escultura, aunque con tendencia a la planimetría, se sitúan los grandes sexos femeninos abiertos que perfilan en contorno los que llamaremos collages de capas diversas, que en «Filtros de amor» son pieles reales, y en «Colador«, por ejemplo, materias densas simuladas. Porque, como ella misma expresa, concibe «el cuerpo como un mapa, como un cruce o quiasma de afectos, de fuerzas y de pasiones».

Ver: Filtros de amor

Vistas de la exposición