Presento en 948 Merkatua los siguientes proyectos:
“Desfamiliarización” respecto de los usos habituales del lenguaje con nuevos procesos y nuevos sentidos, entre ellos el tartamudeo. Perder la lengua en el doble sentido de silenciar, callar, no disponer de la palabra o del espacio público, decir lo inapropiado, desplazar las palabras, sacarlas de los ejes.
La trinchera como paisaje emocional y el dibujo como tachadura. La tachadura como lugar de opacidad, obstáculo, algo que interrumpe y rompe la transparencia de los objetos y el superávit de imágenes de felicidad y armonía que muestra la red y la sociedad de consumo.
Serie de dibujos que forman parte de un proyecto más amplio “Mercagonías”. Nombrar el mercado es nombrar nuestro espacio vital, nuestro espacio biológico, psicológico y mítico. El dinero es el dios contemporáneo y no hay más ley que la económica. Circulamos constantemente en el mercado de consumo, incluso en los momentos de mayor intimidad.