[…]

En 1998 tuvo lugar Transgenéric@s. Representaciones y experiencias sobre la sociedad, la sexualidad y los géneros en el arte español contemporáneo, exposición celebrada en el Koldo Mitxelena de San Sebastián. Se trataba de una tentativa por abarcar a artistas de todo el espectro español; de ahí que se recogieran obras tanto de mujeres como de hombres, que habían desarrollado su práctica artística en los noventa.

Los comisarios de la exposición, Mar Villaespesa y Juan Vicente Aliaga, amparaban su razonamiento en distintas teorías feministas antiesencialistas (Donna J. Haraway, Carole S. Vance) y en particular en el pensamiento queer, cuya principal mente pensante es Judith Butler, cuyos libros permanecían inéditos entonces en España.

En la médula de este proyecto estaba la voluntad de separarse de toda una pléyade de exposiciones consideradas «femeninas» o de «arte de mujer» que se realizaban con motivo del 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, o por cualquier otra razón igualmente peregrina. En muchos casos dichas exposiciones sólo reunían a artistas consideradas biológicamente mujeres aunque su obra no tuviera ni por asomo un planteamiento crítico o hipotecador de los valores hegemónicos machistas o sexistas.

Asímismo el bagaje queer (sin magnificarlo) suponía, por otro lado, situarse desde la perspectiva desiderativa de la superación de las identificaciones sexuales, en pos de un nomadismo performativo ajeno a categorías como homosexual, heterosexual, lesbiana, bisexual. Dicho esto, la orientación programática de dicho proyecto estaba claramente imbuida de activismo social, pues se era consciente del papel que habían desempeñado los colectivos feministas y de gays y lesbianas (en particular de éstos) en su bregar contra el discurso del odio surgido en distintos países a raíz de la demonización de los enfermos de Sida.

Esta exposición recogía, entre otras, obras de LSD, Carmen Navarrete, Txaro Fontalba, Juan Pablo Ballester, Jesús Martínez Oliva (que suscitó polémica, en particular con la serie «De miedos y fobias», 1995-98, sobre la penetración anal), Alex Francés (también su fotografías, tituladas «Perdiendo aceite», 1996, despertaron resquemores sexófobos). Hubo de hecho conatos de censura por parte de la institución organizadora, pero se vieron atajados. Por otro lado, Azucena Vieites y Estíbaliz Sádaba confeccionaron unos trabajos pensados para la publicación, que recogía, asimismo, textos de la exposición In a diferent light. Visual Culture, Sexual Identity, Queer Practice (1995), en cuya estela se inscribía Transgenéric@s.

[…]

Texto completo en: Revista de Occidente, nº 273. «De la resistencia al consumo. Un cuarto de siglo de arte español». Febrero 2004.